La belleza de Costa Rica no es sólo un regalo de la naturaleza, sino el resultado de una fuerte cultura de conservación, cuidado del entorno y respeto a la vida. Esto lo convierte en uno de los mejores lugares para hacer ecoturismo.
A 150 kilómetros y dos horas y media de San José se encuentra el Parque Nacional Manuel Antonio, lugar que entrelaza la selva con la playa en la provincia de Puntarenas, en el Pacífico. Cuenta con dos mil hectáreas de montañas y selva donde se pueden ver a los emblemáticos perezosos de dos dedos y al mono tití, especie endémica en peligro de extinción, además de mapaches, pelícanos, tucanes e iguanas.
A través de la selva se abren paso sus playas: Espadilla Sur, Puerto Escondido y la más bella, Manuel Antonio. Si viajas entre julio y noviembre, podrás ver a las ballenas jorobadas y los delfines con nariz punta de botella, además de hacer snorkel, canopy, kayak y tirolesa.
Si no quieres ir tan lejos de la capital, la playa más cercana es Jacó, a solo 90 minutos en coche. Si tienes la suerte de hacer este recorrido con un costarricense, seguro harás un par de paradas: una en el puente de Tárcoles para ver cocodrilos, otra para comer unos patacones en Restauranticos.
Jacó y Playa Hermosa son el paso obligado de surfistas, que en cualquier época del año pueden encontrar olas y agua cálida para pasar muchas horas en el mar. Ambas playas son perfectas para hacer un paseo a caballo o andar en moto. Además, su vida nocturna te mantendrá despierto en uno de sus bares, casinos y discotecas frente al mar.