Aunque parece una tendencia de moda, basta recordar que hace siglos no usábamos zapatos y que en muchas disciplinas milenarias que buscan equilibrar mente y cuerpo es necesario llevar los pies desnudos, bien afianzados a la tierra. Lo relativamente nuevo para la especie humana es utilizar zapatos y tenis hechos con caucho y otros materiales aislantes que no permiten el paso de corriente.
Los beneficios del earthing o grounding son muchos: de inmediato disminuye la ansiedad, irritabilidad, estrés y dolor general. La calidad de sueño mejora; por lo tanto, el estado de ánimo positivo y el nivel de energía se recuperan. Al contactar con la tierra, el sistema nervioso se calma y las glándulas empiezan a funcionar mejor. Y, por encima de todo, reduce la inflamación general, causante de numerosos males que van desde un sistema inmunológico débil hasta cáncer o alzhéimer.