Con la conquista de América, los españoles encontraron una rara variedad de vegetales a los que llamaron pimientos, ya que les recordaba el sabor fuerte y picante de la pimienta negra.
En tiempos previos a la llegada de los españoles, los chiles se usaban en las culturas prehispánicas como alimento y medicina, pero también como arma de guerra o método de castigo.
Los chiles picantes también han sido parte del folclor en culturas de otras latitudes. En América Central y América del Sur se creía que brindaban protección contra el “mal de ojo”. En el norte de México aún se utilizan como ingredientes en pócimas destinadas a causar males a los enemigos y hasta para combatir la resaca.