Los cálidos encuentros se llenan de risas, música, fiesta y de la deliciosa comida tradicional. Los platillos navideños varían de acuerdo con cada región, pero hay cuatro clásicos que no pueden faltar en una típica mesa navideña mexicana.
Uno de los platillos navideños más emblemáticos. Si bien no es una creación autóctona —pues se trata de un plato que nació en el País Vasco—, se convirtió en uno de los clásicos de la gastronomía en España y fue traído a México con el fin de conservar la tradición.
Su elemento principal es el bacalao salado; sin embargo, su receta fue adaptada a la cocina mexicana para convertirse en un platillo tradicional al agregar más ingredientes locales. Se sabe que desde el Virreinato ya se preparaba con elementos como el jitomate y los chiles sin picor.
Al igual que los romeritos, el bacalao no se limita a la cena de Nochebuena, sino que también se sirve para el recalentado de Navidad e incluso en Año Nuevo.
La ensalada de manzana es uno de los postres más elegidos por las familias mexicanas para sumar a la cena navideña. Es el más fiel cierre después del plato estrella de la noche: el pavo o el lomo de cerdo.
La cremosa textura de la ensalada de manzana la convierte en una opción fácil y rica para muchos comensales.
La receta tradicional incluye manzana, piña, nueces, pasas, leche condensada, uvas y crema. Se sirve bien fría y es una alternativa que nunca falla.