A 30 minutos al norte de Ixtapa y Zihuatanejo se encuentra este remanso de paz. Su encanto radica en la comunidad que lo ha conformado —surfers, artistas, espíritus libres y creativos de varias latitudes—, además de calles limpias, casas con nombres en las fachadas y rincones por descubrir: Present Moment Retreat, para una sesión de meditación o yoga, o bien, Jardín del Edén, para comer y pasar el día en la playa. Si te gusta la vida fitness, te recomendamos desplazarte en bicicleta de un sitio a otro.
La oferta culinaria de Troncones es amplia: el reconfortante Café Pacífico; la cocina internacional de Mi Jardín, que prepara pizzas a la leña; Índigo, con asados y empanadas argentinas, y bares como Amor Tropical, con algunos de los mejores cocteles de la región… todo con vista al mar. La música en vivo y el toque de diseño se hacen presentes en cada uno de los espacios de ensueño que conforman este rincón tropical que, por su cercanía con Playa La Saladita, preferida por los surfistas, siempre está lleno de amantes de las olas.