Hay un rincón en la ciudad donde comerás el mejor lechón de tu vida. Se trata de El Lechón Dorado, un pequeño y sencillo lugar con más de cuarenta años de tradición atendido por su dueña. El olor te obligará a entrar a probar su tierna y deliciosa carne, ya sea en taco o torta.
Haz hambre y aprovecha para visitar el Museo de la Cultura Maya, donde podrás apreciar el esplendor de esta cultura y su arquitectura. Si sales a la hora del calor, refréscate con un “machacado”, un raspado de hielo con pulpa de frutas de temporada.
Continúa tu paseo para comer un platillo típico de Chetumal: los queques, unos panecillos de levadura y leche de coco que se rellenan –sí, adivinaste– de queso de bola. Don Queque es una cafetería donde te sentirás en casa. Aunque muchos van por sus roles de canela, lo verdaderamente imperdible es el queque con jamonilla de cerdo, queso holandés Tip Top y mayonesa de chile xcatik. Don Queque ha crecido y ahora también tiene una panadería y un food truck que va cambiando de ubicación.