Ejercitar los músculos de la cara, el cuello y los hombros es más que una estrategia para lucir un rostro más joven. Tras varios meses de practicar yoga facial con regularidad, miles de personas en el mundo además de presentar una reducción en los signos de envejecimiento, también han ganado confianza en sí mismos y un mejor estado de ánimo.
La metodología del yoga facial se atribuye a la japonesa Fumiko Takatsu, quien luego de sufrir un accidente, buscó una forma no invasiva de devolver la plasticidad y la simetría a su rostro. Así creó Face Yoga Method, un método que con ayuda de las manos ejerce presión en varios puntos de la cara mientras se realizan movimientos faciales. Esto ayuda a disminuir la tensión de los tejidos, a tener una circulación sanguínea adecuada, a reafirmar la piel flácida ¡e incluso a relajar la mente!
Entre los beneficios de yoga facial reportados por los practicantes están el drenaje linfático, la reducción de la sinusitis y los dolores de cabeza, un sueño reparador y, sobre todo, la toma de conciencia de aquellas expresiones faciales relacionadas con el estrés, la preocupación o el enojo, lo cual inspira a hacer cambios integrales en el ritmo de vida.