Vacaciones a mamá
Ideas para regalarle unas buenas vacaciones
Una caja de chocolates, sus flores favoritas, un perfume… ¡Este Día de la Madre mejor regálale un viaje! Si quieres consentir a mamá cómo se merece, ¡Ya Vas! Aquí te damos ideas para llevarla de vacaciones con los mejores paquetes de vuelo + hotel.
Playita, sol y mar en Huatulco
Prepara el traje de baño porque en Huatulco no saldrán del agua. Este paraíso en las costas de Oaxaca presume de nueve bahías y 36 playas para todos los gustos. Tumbarse en la arena y relajarse con el vaivén de las olas en cualquiera que elijan es el plan perfecto para recargar energías y pasar unas vacaciones inolvidables.
De las nueve bahías, hay cinco que están dentro del Parque Nacional de Huatulco (San Agustín, Chachacual, Cacaluta, Maguey y Órgano), una zona protegida donde vale la pena adentrarse para descubrir sus arrecifes, playas, islas, lagos y ríos. El lugar cuenta con 20 playas ideales para hacer esnórquel y mezclarse con la flora y fauna de la región. Todas se pueden visitar por una cuota muy accesible.
Entre las otras cuatro bahías, destacan Santa Cruz y Tangolunda. Sus playas con aguas de tonalidades azul turquesa y verde esmeralda están bordeadas por hoteles, restaurantes, tiendas y mucha vida.
Una parada obligada es La Crucecita, al que muchos han bautizado como el corazón o el centro de Huatulco. Es para conocerlo a pie y volverse loco con las delicias de la gastronomía oaxaqueña, acompañadas siempre de un buen mezcal.
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Cochinita pibil, casonas de película y mucha historia en Mérida
¿Sabías que Mérida es conocida como la Ciudad Blanca? En lugar de buscar el por qué en una guía de viajes, es momento de darte una escapada para comprobarlo.
Tan bella es la ciudad como sus alrededores. Comiencen por caminar por el centro histórico, con sus callecitas resguardadas por coloridas casas coloniales. En la Plaza Grande descansa la Catedral de Yucatán, la segunda más antigua en toda América. También aquí podrán visitar el Museo de arte moderno y contemporáneo MACAY, el Palacio Municipal, el Palacio de Gobierno, entre otros monumentos que dan vida a la historia de Mérida.
El Paseo de Montejo, que debe su nombre a Francisco de Montejo, conquistador y fundador de la ciudad, también se disfruta a pie. De un lado y otro de la avenida, se pueden admirar las casonas construidas a principios del Siglo XX y que alguna vez fueron habitadas por los personajes más adinerados de Yucatán. Muchas de ellas ahora son hoteles, tiendas, oficinas o museos.
Si el Centro Histórico y el Paseo de Montejo son evidencia del pasado colonial de Mérida, su gastronomía y las zonas arqueológicas que la rodean delatan sus raíces mayas. La cochinita pibil, los papak tsules, el relleno negro, la sopa de lima, el salbut y el poc chuc son algunos de los platillos para probar la fusión de dos mundos.
Chichen-Itzá es sólo una de las 16 zonas arqueológicas que hay en Yucatán. Cada una de ellas tiene su encanto, pero las que no te puedes perder, además de la ya mencionada, son Ek Balam, Uxmal, Mayapán y Oxkintok.
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Playas hermosas, aventuras naturales y dunas cantantes en La Paz
Baja California Sur es el estado donde se fusionan el desierto y el mar, un espectáculo natural que puedes apreciar en La Paz. La capital, considerada la puerta de entrada al Mar de Cortés, no le pide nada a su vecina más concurrida —Los Cabos—.
Sus playas con aguas tranquilas les dejarán relajarse y sentir que nadan en una alberca infinita. Las más famosa es Balandra y sin duda no puede faltar en su lista de lugares por visitar, pero deben saber que hay otras opciones menos frecuentadas y que tienen su encanto. El Tecolote, El Coyote y El Saltito son sólo algunas, en esta última podrás ver bioluminiscencia en ciertas temporadas del año.
Muy cerca de La Paz está la Isla Espíritu Santo, un área natural protegida donde puedes nadar con leones marinos y practicar actividades como kayak, stand up paddle board, esnórquel y buceo. Sus arrecifes naturales y embarcaciones hundidas son un atractivo único para los que gustan de sumergirse en el agua.
Todos los años, de octubre a marzo, el tiburón ballena llega a las aguas de La Paz para pasar el invierno. Estos peces son los más grandes del mundo y es muy seguro nadar con ellos.
El desierto, la otra cara de La Paz, también tiene muchas aventuras por ofrecer. A sólo 30 minutos de la ciudad, están las dunas del Mogote, por si solo el trayecto a este sitio es ya un deleite. Se trata de un recorrido entre cactus, árboles, correcaminos, cardenales rojos, amarillos, mascarados y águilas pescadoras, que desemboca en las dunas y el mar de Cortés. Una vez en el lugar, se puede practicar el sandboard, que consiste en una tabla deslizarse sobre la arena y no requiere de experiencia, o escuchar el canto de las dunas, un fenómeno musical que se produce por avalanchas que hacen vibrar la arena.
Para cerrar el día nada mejor que pasear por el malecón con el atardecer de fondo y disfrutar las delicias gastronómicas del lugar como los tacos de pescado o la langosta.
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