Hacienda Encinillas
Vinos de Chihuahua para el mundo
El Valle de Encinillas, zona con gran historia, destaca actualmente por su extraordinaria vocación Vitivinícola.
Los catadores del Concours Mondial de Bruxelles de 2018 no daban crédito a lo que percibían sus sentidos. En sus manos tenían una copa del extraordinario vino chihuahuense Hacienda de Encinillas 2015. Hasta ese momento, y para muchos de los miembros del jurado, Chihuahua no era más que un territorio difuso en el norte de México. Sin embargo, después de catar ese tinto elegante y aterciopelado, intenso y bien balanceado, al cual otorgaron la Gran Medalla de Oro, la región se posicionó en el mapa vinícola de la República Mexicana.
Tres siglos de historia
El epicentro vinícola de Chihuahua se encuentra en la Hacienda de Encinillas, en las cercanías del Camino Real, la histórica ruta que conectaba a las ciudades mineras durante la época virreinal. Actualmente, en el casco de esta hacienda se producen varios vinos que han convertido al estado más grande de México en un referente enológico.
La historia de la hacienda se remonta al siglo XVIII. Fundada en 1707, se extendió por más de ocho millones de hectáreas de espléndidos valles. Debido a que llegó a abarcar un tercio del actual territorio de Chihuahua, no fueron pocos los conflictos que atravesaron sus valles, testigos de las correrías y embates de los apaches Jerónimo y Victorio, así como de la caballería revolucionaria y sus protagonistas. Cuenta la leyenda que Victorio, un mestizo que vivía en la hacienda, fue raptado a los seis años por una partida de apaches, por lo que desde pequeño aprendió la lengua de los indios, dominó el caballo y se adaptó a la áspera vida del grupo. Esta y otras historias, unidas al tesón de los dueños de la bodega de vinos y al talento de su enólogo, hoy forman parte del imaginario de Encinillas.
La buena tierra
Las viñas de cabernet sauvignon, merlot, shiraz, cabernet franc, petit verdot, tempranillo, malbec y chardonnay, castigadas por el frío, el calor y el viento desértico de Encinillas, forman parte de uno de los mejores viñedos de México. Este valle destaca por las cualidades de su terroir, definido por su suelo arcillo-gravoso y las condiciones climáticas favorables que se dan a 1,560 metros de altitud.
Pero la vitivinicultura no está hecha solamente de condiciones geográficas, pues también requiere de la sinergia entre la mano humana, la tierra y la sabiduría de las plantas. En Encinillas, esta colaboración se da en un marco de profundo respeto a la naturaleza, ya que en la hacienda, además de preservar especies animales en peligro de extinción y otras que anteriormente habitaron sus territorios, se emplean prácticas agronómicas sustentables que permiten aprovechar los recursos, sin alterar la naturaleza del terreno y del ambiente.
La mano del empresario Eloy Vallina Laguera es fundamental en este proceso. Don Eloy cuenta que la afición de producir vino en su Hacienda nació gracias a la idea de unos amigos quienes tenían el sueño de tener un viñedo y hacer vino. Fuentes históricas afirman que la hacienda estuvo habitada por un grupo de franciscanos, y el Señor Vallina pensó entonces que “si estos franciscanos confiaron en las bondades de su tierra, seguramente produjeron vino”. Con esa inspiración en mente, él y sus socios iniciaron el proyecto del viñedo y en 2004 plantaron las primeras vides.
El ADN de los vinos Encinillas
En 2008, se recibió la visita de Michel Rolland, considerado el mejor enólogo del mundo, a visitar la Encinillas, al cual le gustó mucho la calidad de la tierra, y un año después lo llamaron de nuevo para que aportara algunas ideas que enriquecieran el proceso de plantación, cosecha y vinificación. “En 2012 hicimos una mezcla especial inspirada en el Château Margaux para nuestra etiqueta Hacienda Encinillas, y obtuvimos medalla de oro en un concurso en California”.
Desde sus inicios, el concepto que rige los vinos de Encinillas es la calidad. “Así sea el vino más sencillo, procuramos que el proceso sea de excelencia, y aunque cuentan con una seleccionadora moderna de uvas, tienen en mente comprar una más precisa y avanzada, ya que la selección de los frutos es vital para producir un buen vino. “Invertimos en barricas de gran calidad y en corchos auténticos, pues si bien éstos son más caros que las botellas, también son la garantía de que un vino madurará de manera óptima”, advierte el empresario vitivinícola, que junto con sus socios ya vislumbra la posibilidad de exportar los vinos a Estados Unidos.
La Hacienda Encinillas y sus vinos es un referente vitivinícola en Chihuahua. Conocer y disfrutar su gama de vinos tintos y blancos, hacen que en sus diferentes etiquetas sean del agrado del mercado conocedor del buen beber.
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