Fredericksburg
El corazón vinícola de Texas
Emprende una aventura enoturística a través de este encantador pueblo de herencia alemana, ideal para unos días de disfrute y romance.
Al pensar en Texas, pueden venirnos a la mente imágenes de cowboys, BBQ y comida tex-mex; sin embargo en Fredericksburg, el corazón de la región vinícola del estado, los referentes de la identidad son muy distintos.
Fundada por inmigrantes alemanes en 1846, es una ciudad llena de herencia histórica palpable en sus edificios, su deliciosa cocina y su ambiente acogedor, ideal para parejas que desean vivir una escapada romántica o para viajeros en busca de pintorescos viñedos, encantadores bed and breakfast y ferias que evocan la vida rural europea.
Entre vino y romance
En Fredericksburg y sus alrededores hay 60 bodegas, viñedos y salas de degustación, por lo que un viaje romántico o con amigos puede ser una combinación de paseos entre bellos paisajes y la oportunidad de probar vinos galardonados mientras el sol se pone sobre las montañas.
Entre las bodegas más famosas están Grape Creek Vineyards, con música en vivo, catas y recorridos; y Narrow Path, que produce vinos en lotes pequeños y priorizan las uvas cultivadas en la región.
Para descansar, Fredericksburg invita a experimentar el ambiente rural en alguna de las más de 1,500 casas de huéspedes, como Ololo, que ofrecen servicios completos, hermosas habitaciones y vistas entrañables.
Herencia alemana
Las opciones gastronómicas de Fredericksburg son reflejo de su herencia alemana. En los restaurantes como The Ausländer Restaurant and Biergarten y Altstadt Brewery se pueden probar recetas clásicas transmitidas de generación en generación, o bien, versiones modernas de platos tradicionales, además de cervezas elaboradas con estándares alemanes.
Otto’s German Bistro utiliza ingredientes frescos de granjas, ranchos y pesquerías locales. Una opción diferente es Hill Country Herb Garden, con platos que incorporan verduras de temporada y hierbas de su propio jardín, el cual alberga más de 100 especies botánicas, entre ellas, varias nativas de Texas. Para un final dulce, las creaciones de Quintessential Chocolates, famoso por sus chocolates de relleno líquido que suelen incluir vino, vodka, tequila o espresso, además de mezclas personalizadas.
Un viaje por la historia y la naturaleza
Vale la pena visitar la Granja de Sauer-Beckmann, que recrea la vida de los pioneros de Texas en el siglo XIX. Aquí los visitantes pueden realizar las tareas diarias de una granja, como alimentar a los animales, ordeñar vacas, recoger huevos o bañar a los cerdos, mientras los miembros de la “familia” deshierban el jardín, trabajan en la herrería o tejen. A la par, el Museo Pioneer alberga diez estructuras históricas, organizadas para mostrar diferentes aspectos de la vida en el condado de Gillespie.
Otro de los atractivos de la región es el parque Enchanted Rock, con 13 kilómetros de senderos para caminatas y una enorme cúpula de granito rosa que atrae a miles de visitantes. El lugar ofrece áreas de picnic y acampada, escalada en roca, exploración de cuevas y observación de vida silvestre. Es importante reservar con anticipación, ya que los espacios suelen agotarse, especialmente los fines de semana y días festivos.
Dulces duraznos
La temporada de duraznos en Texas suele empezar desde mediados de mayo y prolongarse hasta mediados de agosto. El tipo de variedad y la cantidad de fruta suelen cambiar de acuerdo con las temperaturas y las lluvias, y en este año en especial se predijo una mejor temporada porque el área recibió más humedad y horas de frío.
Recoger tus propios duraznos es una actividad única para hacer en Fredericksburg. Los huertos ofrecen más de 20 variedades distintas que también se venden en los mercados, junto con moras frescas y tomates, incorporados en platillos de temporada en los restaurantes locales así como en mermeladas,salsas, helados y pasteles.
Eventos especiales
Fredericksburg alberga más de 400 festivales y eventos cada año. Entre estos destaca la feria del condado de Gillespie; celebrada por primera vez en 1881, se trasladó a Fredericksburg en 1889. Este año se realizará del 22 al 25 de agosto y es ideal para disfrutar en familia por sus exhibiciones de las tradiciones ganaderas y agrícolas, artes y artesanías, conciertos de música en vivo y carreras de caballos.
El primer fin de semana de octubre, del 4 al 6, no hay que perderse el Oktoberfest, que celebra la herencia alemana de Fredericksburg con escenarios de música oompah, artesanías, compras, un área para niños, puestos de comida y 50 variedades de cervezas estadounidenses, texanas e importadas, además de selecciones de vinos del Texas Wine Country.
El Oktoberfest se lleva a cabo en Marktplatz, y como es el festival más grande del año, resulta imprescindible planificar el viaje con anticipación.
Los fundadores de este lugar reconocieron su encanto único cuando llegaron en 1846. Desde entonces, Fredericksburg mantiene su esencia alemana. Ya sea que elijas beber un delicioso vino mientras disfrutas de los paisajes del Texas Hill Country, explorar las calles históricas, probar la gastronomía alemana o brindar en el Oktoberfest, Fredericksburg promete días de encanto, belleza y diversión.
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