El cuerpo humano es una maravillosa maquinaria que aprovecha cada noche para procesar la información del día y regenerar sus células. ¡Regálate un buen descanso!
Nuestro acelerado ritmo de vida nos hace pensar que dormir sirve solo para descansar, y por ello tendemos a sacrificar horas de sueño en la ambición de hacer más. La realidad es que mientras dormimos pasan numerosos procesos básicos para mantener nuestra salud física y mental. De ahí que sea tan importante lograr un descanso realmente reparador.
Es recomendable crear una rutina que nos prepare para el descanso, como evitar exponerse a las pantallas y meditar para bajar el ritmo mental.
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La magia celular y emocional
Mientras dormimos, nuestro cuerpo entra en modo de reparación. La hormona del crecimiento llega a su mejor momento ayudando a que las células dañadas se regeneren y los tejidos se curen. Aumenta la permeabilidad de la barrera de la piel y nos deshacemos de las toxinas acumuladas durante el día.
El sueño también está estrechamente ligado a la inteligencia social y emocional. Un estudio publicado por la Sociedad Europea para la Investigación del Sueño explica que no dormir puede dificultar el manejo de las emociones e incluso hacernos menos empáticos.
Por otro lado, la información y conocimientos que recibimos durante el día se procesan durante la noche. El descanso de calidad es un reconstituyente que estimula el aprendizaje y la memoria.
Mientras dormimos, nuestro cuerpo entra en modo de reparación, las células dañadas se regeneran y mejora nuestra capacidad de aprendizaje.
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La mejor hora para dormir varía de persona a persona, pero debe ser rutinaria, además de estar coordinada con los ciclos circadianos y su reloj social. La recomendación es, dos horas antes de irse a la cama, cenar, no exponerse a las pantallas y, si es posible, meditar para dejar a un lado los pensamientos y preocupaciones. Piénsalo así: pijama, poca luz, silencio y calma. Cierra tus ojos y ¡hasta mañana!