El territorio de Costa Rica es tan pequeño que comprende solamente el 0.03% de la superficie total del planeta; no obstante, se ubica entre los 20 países más ricos en biodiversidad de la Tierra. Por esta razón, el turismo en este país centroamericano está ligado íntimamente a las prácticas de sustentabilidad, de las cuales dependen la economía nacional y local, así como la conservación de los tesoros naturales que resguardan sus parques y reservas.
Una de ellas se encuentra a tres horas hacia el suroeste de San José, en la costa del Pacífico. Se trata del Parque Nacional Manuel Antonio, que debe su fama a sus hermosas playas, enmarcadas por un bosque tropical húmedo que coexiste con un manglar, ambientes marinos y una laguna. En toda la región, especialmente en la pequeña ciudad de Quepos, existen agencias certificadas que ofrecen recorridos a distintos puntos del parque y garantizan el cuidado del ecosistema. En estos paseos podrás encontrar monos tití, monos cara blanca y monos ardilla, además de los icónicos perezosos.
Esta zona también es ideal para familias, amigos o parejas que quieran explorar las cascadas y descansar en sus playas. Y como la adrenalina y la diversión no están peleadas con el bienestar, también es posible hacer rafting en el río Savegre, con rápidos clase III. Para quien busque cerrar su aventura con broche de oro, los tratamientos de Terra Spa, al interior del hotel boutique Gaia, son una garantía.