Zacatecas
Corazón de plata, piel de cantera
Esta ciudad supo convertir los regalos del subsuelo en expresiones de arte excepcionales. Pasear entre sus calles, contemplar el cielo en sus zonas arqueológicas y adentrarse en su naturaleza es un deleite para cualquier viajero.
Entre paisajes áridos y montes de formas singulares, los conquistadores españoles fundaron una ciudad que en poco tiempo se convirtió en la inesperada gema de la Nueva España: Zacatecas. El afortunado descubrimiento de un yacimiento de plata en 1546 moldeó para siempre el destino de la región, cuya arquitectura es testimonio de la bonanza de su pasado minero.
Al caminar por las calles de la capital del estado de Zacatecas, dos cosas se hacen evidentes: este es uno de los asentamientos virreinales más hermosos de México, y el título de Patrimonio de la Humanidad que le otorgó la UNESCO lo tiene bien merecido.
Para conocer la ciudad a fondo, te proponemos un recorrido que va desde las entrañas hasta las alturas: iniciar en sus minas, disfrutar de los tesoros artísticos que saldrán a tu encuentro en cada calle y, por último, impresionarte con las vistas panorámicas de su mirador. Para cerrar con broche de oro, dos increíbles escapadas para conectar con su pasado prehispánico y su entorno natural.
Plata convertida en ciudad
Zacatecas tiene un corazón de plata, y no hay mejor forma de conocerlo que con una visita a la mina El Edén, la cual se mantuvo activa durante casi cuatro siglos. En 1975 abrió sus puertas al turismo y desde entonces es uno de los lugares favoritos de los viajeros, quienes dotados de un casco minero y acompañados por entusiastas guías se adentran en sus túneles y galerías para descubrir leyendas e historias. Y para quienes quieran tomar un trago en las profundidades de la tierra, ahí mismo encontrarán La Mina Club, un bar que abre sus puertas por la noche.
De vuelta en la superficie, la riqueza minera se transforma en ciudad. Sus edificios más notables datan de los siglos XVII y XVIII, cuando las minas de Zacatecas estaban entre las principales productoras de plata de todo el Imperio español. Esta bonanza permitió construir templos, colegios y conventos desde los cuales se colonizó y evangelizó el territorio norte de la Nueva España, de ahí que la arquitectura religiosa juegue un papel importante en la historia de la ciudad.
Si bien los templos de Santo Domingo y de San Agustín son hermosos, la construcción religiosa que acapara todas las miradas es la Catedral. Su portada es uno de los ejemplos más fantásticos del barroco novohispano, en los que la cantera rosa asume formas de asombrosa belleza.
La caminata continúa hacia la avenida Hidalgo, donde se encuentran algunos de los principales atractivos de la urbe: la Plaza de Armas, el Teatro Calderón y el Mercado González Ortega. Estos dos últimos fueron construidos durante el porfiriato, a fines del siglo XIX, cuando la plata volvió a fluir de las minas zacatecanas tras su abandono durante la guerra de Independencia. No hay que perder de vista la calle Dr. Ignacio Hierro, que corre paralela a Hidalgo y conecta con las plazuelas Santo Domingo y Miguel Auza, así como con el Jardín Juárez.
Panorámica Zacatecas
Del arte a las alturas
La riqueza artística y cultural de Zacatecas no se reduce a la arquitectura, pues sus numerosos museos bien valen una visita. Entre los favoritos está el Museo Rafael Coronel, el cual exhibe, entre otras obras plásticas, una de las colecciones de máscaras más extensas y asombrosas del mundo. En el Museo Francisco Goitia y el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez es posible acercarse a la producción artística de estos dos destacados creadores zacatecanos, además de diversas propuestas de arte moderno y contemporáneo. Otra gran opción es el Museo Zacatecano que, entre varias líneas temáticas, abarca la cultura y el arte huichol o wixárika.
Ninguna visita a la ciudad está completa sin surcar los cielos en su famoso teleférico, el primero en construirse en todo México. Desde la estación El Grillo, recorre 650 metros hasta llegar a la estación Observatorio, en el Cerro de la Bufa. Durante los ocho minutos que dura el recorrido, las vistas inigualables de la ciudad y su caprichosa traza urbana son un regalo.
Una vez en la cima del cerro, hay que visitar el atrio del templo de Nuestra Señora del Patrocinio de la Bufa para seguir disfrutando de las mejores vistas de la urbe y el árido territorio circundante, lo que ayuda a comprender por qué Zacatecas recibió el apelativo de “la puerta a todos los reinos del norte”. Otras opciones de esparcimiento son una tirolesa de 840 metros, el Observatorio Meteorológico o el Museo Toma de Zacatecas, que presenta todos los detalles de la batalla entre Francisco Villa y Victoriano Huerta.
Sierra de Cardos
Estrellas y arqueología
Arqueología Sideral es el nombre de una de las experiencias más sorprendentes de este destino. Se trata de un paseo que permite observar la noche estrellada en la zona arqueológica de La Quemada, a 45 minutos al sur de la capital.
La Quemada era un centro ceremonial y un importante enclave comercial prehispánico. Para sus habitantes, las luces del firmamento y su trayectoria eran un mapa y un calendario preciso que marcaba rituales, fechas de siembra y cosecha e incluso la ubicación y orientación de sus edificios. Y precisamente de eso se trata este paseo.
Antes del atardecer, los guías expertos en arqueoastronomía conducen a los visitantes a través del juego de pelota, el basamento piramidal de la estructura Votiva o el Salón de las Columnas. Cuando comienza a resplandecer la bóveda celeste, los visitantes se recuestan sobre la hierba para observar el cielo. Finalmente, podrán ver las estrellas a través de los telescopios instalados en la plaza principal. Es importante consultar en fuentes oficiales de turismo las fechas de la experiencia, ya que esta solamente se realiza una vez al mes, el sábado más cercano a la luna nueva.
Mina el Edén
Escapada a la Sierra de Órganos
En la compleja orografía zacatecana no faltan calles sinuosas, plazas a desnivel y estrechos callejones que son el lógico resultado de una ciudad construida sobre las faldas de los cerros de la Bufa y del Grillo. En las inmediaciones de la capital, esos caprichosos dibujos geológicos se han convertido en un espacio de contemplación y recreación para los amantes de la naturaleza. Uno de esos lugares es la Sierra de Órganos, ubicada en el bosque conífero de Zacatecas, dentro de la Sierra Madre Occidental, a dos horas al norte de la capital del estado y a 30 kilómetros de Sombrerete.
La Sierra de Órganos debe su nombre a las peculiares rocas que alcanzan los 60 metros de altura; formadas por magma y erosionadas de manera irregular, parecen monolitos independientes que recuerdan a las tuberías musicales de los órganos. Por su impactante ambiente semidesértico, ha sido escenario de películas como El cavernícola, comedia protagonizada por Ringo Starr, o bien, por filmes western como Lucha de gigantes, con John Wayne en el papel principal, y más recientemente Bandidas, con la bombástica dupla formada por Salma Hayek y Penélope Cruz.
El Parque Nacional Sierra de Órganos abarca 124 hectáreas en donde abundan pastizales, cactus, encinos y nopales, además de ser el hogar de animales como cacomixtles, coyotes, linces y halcones peregrinos. Se trata, sin duda, de una maravillosa inmersión en la naturaleza perfecta para quienes aman las caminatas, el ciclismo de montaña o la simple contemplación del paisaje.
Ya sea para descubrir sus tesoros coloniales, sus cielos estrellados o sus atractivos naturales cercanos, la capital zacatecana siempre será una gran opción para descubrir México con nuevos ojos.
La Quemada
Vuela a Zacatecas
Volaris opera vuelos directos a Zacatecas desde Chicago, Los Ángeles y Tijuana.